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A comienzos de abril de 1912, nadie en el mundo pensaba que el Titanic pudiera hundirse. Pero, a pesar de que sus constructores lo consideraban insumergible, en la madrugada del día 15 el barco se fue a pique.
En una horripilante situación como aquella, en la que se estima que fallecieron mas de 1.500 personas, una anécdota se recuerda aún: Mientras los pasajeros chillaban horrorizados, los músicos de la orquesta, impávidos, seguían tocando.
Hoy, 107 años después de aquella tragedia, los españoles asistimos, también impávidos a otra tragedia mas cercana: El hundimiento de España.
Aquellos 7 músicos, seguían haciendo su trabajo mientras el barco se hundía; hoy, los españoles asistimos, impasibles, a la desintegración de nuestro país, ocupados únicamente en la resolución de nuestros problemas individuales, pero sin hacer nada por evitar la catástrofe.
Es evidente que ninguna otra acción de los músicos del Titanic habría modificado el curso de los fatales acontecimientos, pero no sucede lo mismo con la pasiva expectación de los españoles, ante el previsto final de España como nación milenaria.
Desde el comienzo de este año 2020, un grupo de acomodados comunistas, insatisfechos con el tamaño de sus fortunas, han encontrado el mecanismo ideal para engrosar sus carteras y su poderío: El ejercicio de la política. Y sin merito alguno, pero con la más absoluta desfachatez, han iniciado su meticuloso plan de esquilmar impunemente nuestros patrimonios y el del Estado Español.
Los españoles, mientras tanto, seguimos atentos al “pan y circo” con que nos entretienen, sin pensar que caminamos hacia otro escenario en el que ni siquiera tendremos el “pan”.
Somos conscientes de que la empresa de enfrentarse a este numeroso grupo de trepadores es enormemente difícil y compleja; mucho más, cuando los propios españoles de bien andamos enormemente divididos en numerosas corrientes, lideradas por otros tantos virreyes. Pero, antes de que la catástrofe sea irreversible, algo tenemos que hacer. Podemos tener distintas apreciaciones acerca de la manera de poner en marcha un único movimiento, que se oponga frontalmente al plan comunista de desintegrar España, pero, si todos tenemos una idea similar de cual ha de ser la trayectoria de nuestro país, es indispensable que se orillen proyectos y pretensiones personales y nos integremos todos en un equipo compacto, como única forma posible de acabar con este dislate.
José Ignacio Sánchez Rubio
ignacio.sanchez@derechaliberal.es
Exacto! Nunca mejor descrita la situación, a la que -como tú dices- impávidos asistimos …
Veo que no tanto por tu parte , porque te veo proactivo a mostrar que hay una gran parte de la población que tratamos de unirnos contra lo que está pasando … ya nos irás contando …
Enhorabuena por el texto. Un pensamiento que compartimos muchos españoles. Personalmente, denuncio cada día la inmoralidad y el comportamiento abyecto de los esbirros del poder mundial que nos desgobiernan. Sólo comprendiendo y haciendo comprender a los españoles que nuestros actuales representantes políticos sirven a intereses ajenos a nuestra patria, y cuyo objetivo es desmembrarla y arruinarla, podremos dar una batalla con expectativas de triunfo. Mientras no persigamos a las organizaciones que es sabido que promueven este desastre nacional, y no se forme un frente común que exija la demolición del sistema de partidos, absolutamente corrompido, y la apertura de un período neoconstituyente, no lograremos nada.