¡¡¡ Marchando otra de Leyes !!!…

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Artículo de opinión publicado en Lancelot Digital el 23 de enero de 2.011 (Pinche aquí para ver publicación)

¡¡¡ Marchando otra de Leyes ¡!!…  ¡¡¡ Oído, cocina…!!!

  En 1.977, mi admirado Luis García Berlanga, recientemente fallecido, dirigió con una maestría inigualable aquella sátira cinematográfica del gobierno de Franco, que tituló “La escopeta nacional”. Ello me da pie hoy, para calificar la actual política bananera del gobierno que nos ha tocado soportar y padecer, como “El cachondeo nacional”. Y si empleo estos términos, no es por otro motivo que el de que el Gobierno del Reino de España, cree haber encontrado la iluminación divina para resolver nuestros ancestrales problemas y, de pasada, intentar justificar su innecesaria existencia. Me refiero al anteproyecto de Ley que está a punto de aprobar el Consejo de Ministros (si no lo ha aprobado ya al publicarse estas líneas). Verán Uds., si con la denostada Ley antitabaco de final del año pasado, que tanto está dando que discutir, no fuera bastante, ahora, pásmense Uds. está dispuesto a que todos seamos absolutamente iguales. ¿Y de que manera?, pues como siempre, con una Ley, si es que podemos llamar Ley a este bodrio que vendrán en denominar Ley de Igualdad de Trato (o algo así). Porque, ¿hay algo mejor que el que todos seamos iguales?, por supuesto que no. De esa forma, no tiene Ud. que preocuparse por ser bajito, si es que ello le acompleja, porque si alguien le llama “bajito”, o “enano”, o “gurruño”; le denuncia Ud. y santas pascuas; la Autoridad Estatal Para la Igualdad de Trato, que se prevé crear en esta Ley, despachará al “insultante” con una multa de medio kilo de las antiguas pesetas. Tampoco se preocupe Ud. por tener que probar los hechos denunciados porque, para estos casos, se invertirá la carga de la prueba y tendrá que ser el ofensor, quien tenga que probar su inocencia. Es decir, se cargan de un plumazo (o lo pretenden) la presunción de inocencia, ese derecho fundamental que distingue a las sociedades avanzadas. Por cierto, ¿saben a que me suena eso?: Simple, al pensamiento de la dictadura franquista, uno de cuyos ministros de Interior (llamado entonces de Gobernación), Camilo Alonso Vega, predicaba que todos somos culpables pero que a algunos no se les podía demostrar. Pero este rasgo histriónico no acaba aquí. Otro aspecto de la vida cotidiana al que le alcanza la aplicación de esta proyectada Ley es al alquiler de una vivienda. Pongamos por caso que Ud. tiene un piso para alquilar y se le presenta como candidato un señor negro, o árabe, o gitano, o sudamericano o que a Ud. le parece, por su aspecto, que es sucio, o simplemente que es pobre, en fin siga Ud. poniendo los calificativos que a Ud. le parezcan un inconveniente, y le dice que no se lo alquila. Pues prepare el talonario para la multa, porque este proyecto de bodrio, perdón, de Ley, según parece, no le va a permitir que disponga Ud. a su antojo de esa vivienda que se ha comprado con el sudor de su frente. Porque si Ud. no se la alquila al señor negro, o árabe, o gitano, o sudamericano, o sucio, o pobre, va a tener que demostrar que esas circunstancias personales no han tenido que ver con su decisión. Así que, si no quiere problemas, no se la alquile a un señor aseado, español, católico y solvente; ponga el resultado de sus ahorros en posesión de cualquier otro. La única duda que me queda es la de que, no teniendo Ud. mas que un inmueble para arrendar, aunque se lo alquile al Sr. negro, puede caerle la multa porque tilden su acción de vejatoria para cualquiera de los demás aspirantes. Tenga en cuenta que lo importante es la igualdad, pero con lo de Ud., no con lo de los que paren estas normas igualitarias. Y no me queda mas remedio que referirme a otra aplicación de esta oprobiosa Ley anteproyectada. Supongamos que Ud. el propietario de una empresa y desea ampliar su plantilla de personal. Cuando se le presenten como candidatos cualquiera de los señores que pretendían alquilar la vivienda a que me refiero mas arriba, que no se le ocurra, ni por un momento, desestimar sus postulaciones por el color de su piel, nacionalidad, fisonomía, religión, etc. etc…. Y la verdad es que, qué culpa tiene el pobre Sr. negro, o árabe… o los otros, de que a Ud. no le gusten y no les de el trabajo. Eso sí, esté seguro de que si ellos le llaman blanco, o cristiano, o payo, o español, se irán de rositas sin la multa de medio kilo (de las antiguas pesetas). Vamos, que esto sí que es un avance social importante, y no aquel de la Ley antitabaco de 2.005, que en mala hora se le ocurrió permitir que los bares y restaurantes pusieran un rincón aislado para que se pudiera fumar. Viendo esto, a uno se le ocurre que no han perdido ni un ápice de vigencia, los famosos versos que Martin Niemöller, alrededor del año 1.940, tituló “Cuando los nazis vinieron por los comunistas”:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio,

porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,

tampoco protesté,

porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,

ya fue tarde,

no había nadie más que pudiera protestar.

 

José Ignacio Sanchez Rubio

Abogado y economista

ignacio@rwall.es