La Eureta

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Artículo de opinión publicado en Lancelot Digital el 25 de mayo de 2.012.

La Eureta

22 de mayo de 2.012

Si hace unas semanas titulaba esta página “la nueva peseta” hoy, con el permiso de Uds. voy a profundizar en la realidad y, no se lo cuenten a nadie, pero tengo la solución a todos nuestros problemas.

Se que la cosa no está para bromas y que puede parecer chusco o zafio tontear con las cosas de comer, pero la realidad es que seguimos hundiéndonos cada vez mas, con el consentimiento de nuestros vecinos del Euro. Porque a ellos no les importa demasiado lo que nos pase a nosotros; bien mirado, todo lo que nos beneficie, les perjudica a ellos, y a la inversa.

Si, amigos todos. Lo único que les preocupa a nuestros vecinos del euro, de verdad, es que no podamos pagar. Es lo mismo que le sucede a cualquier empresa que, ante la insolvencia de cualquier cliente, no sabe muy bien que es lo peor, si que no le paguen o que dejen de comprarle.

Por eso, con el permiso de Uds., y un poco en serio y otro poco en broma, quiero contarles mi solución.

Pero antes, los presupuestos de hecho, como decimos los abogados. Y el primer hecho es que no circula el dinero. ¿Y por qué no circula?, nos preguntamos todos. Hay quien dice que es porque a la banca no le interesa, porque la banca es de derechas y, ya se sabe, la derecha es avara y perversa (esto es lo que dicen). Otros le echan la culpa al Partido Popular (que es el que, según estos, tiene siempre la culpa de todo). Yo creo que hay un motivo mas sencillo: que se han gastado su dinero, y el de los impositores, en comprar deuda pública y en prestarlo a partidos políticos y adláteres, perdonándoselo luego, porque era lo políticamente correcto.

Y, si no tienen dinero, ¿como se lo van a prestar a los empresarios que son esos seres abyectos gracias a los cuales seguimos viviendo?. Y si los empresarios no tienen el apoyo bancario, ¿que les queda?.

En los últimos tres años, se han cerrado en España mas de 300.000 empresas, y eso sin contar con las que no han cerrado pero están en situación concursal, que no es otra cosa que el que no pueden pagar sus deudas.

Y yo me pregunto: ¿Que hay de malo en reconocer la realidad?. Por otra parte, la realidad ya se está reconociendo y los gobernantes no hacen otra cosa que apretarse el cinturón pero, cuando ya no quede mas que recortar, ¿que haremos?.

Por eso yo les vendo la solución. No pretendo hacerme rico en poco tiempo como predicaban los socialistas no hace tanto cuando decían que este es el país en que uno puede hacerse rico en el menor tiempo. La solución que les apunto es gratuita y, es posible que no nos quede mucho tiempo para adoptarla.

Esta solución es la EURETA. Y aquí si que hay un poco de cuchufleta, para no desperdiciar la rima.

La EURETA, a pesar de la terminación, nada tiene que ver con esa banda de asesinos indeseables. Es, simplemente, la contracción de dos vocablos: Euro, o Europa, y pesetas.

En mi solución, nuestro gobierno adoptaría la EURETA como moneda nacional. Inicialmente, Ud. podría cambiar sus Euros por EURETAS y le darían 1,66 EURETAS por cada Euro, que sería la relación inicial de cambio para todo aquel que quisiera cambiar EURETAS por Euros. Los Dólares USA se cambiarían por 1,31 EURETAS y las libras esterlinas por 2,06 EURETAS.

A partir de aquí, a empezar la remontada. Si Ud., por ejemplo es mileurista, empezaría a cobrar 1.660 EURETAS y todo seguiría costándole, proporcionalmente, lo mismo. Acto seguido, el gobierno le quitaría las telarañas a la Casa de la Moneda y empezaría a fabricar mas EURETAS. Inicialmente, imprimiría 2 EURETAS por cada Euro cambiado y, al cabo de aproximadamente tres meses, los bancos se encontrarían en la necesidad de prestar dinero, como ha sucedido siempre. Además, volverían como locos los alemanes, franceses e ingleses a comprar cosas y casas, porque les costaría un tercio menos (como ha sucedido siempre).

Esta tontuna que les he contado, se llama devaluación; es una de las principales armas que tienen los gobiernos para combatir las crisis económicas de distinto pelaje, pero no podemos utilizarla por la simple razón de que, en esto de la soberanía, hemos entregado nuestras armas.

Al revés que ETA.

 

José Ignacio Sánchez Rubio

Abogado y economista

ignacio@rwall.es