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Artículo de opinión publicado en Lancelot Digital el 21 de abril de 2.011 (Pinche aquí para ver publicación)
Carta a Rajoy
14 de abril de 2.012
Mi estimado Don Mariano:
Ya se que mi voto es modesto, porque solo es un voto. Uno de los millones que le dio a Ud. la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y otra mayoría, aun mas elevada, en el Senado.
Don Mariano, ya se que solo soy uno de los miles de españoles que estuvo saltando de alegría, la noche del 22 de noviembre del año pasado, en la calle Génova de Madrid; de hecho, no creo que Ud. me viera. Ebrio de triunfo como yo le vi aquella noche, no creo que se apercibiera de la ilusión que yo tenía porque al fin saldríamos del negro túnel en que nos habían metido otros que también dicen que son españoles.
Y desde aquella noche solo han pasado algo menos de cinco meses y apenas 100 días desde que asumió Ud. la Presidencia del Gobierno. Don Mariano, yo aquella noche del 22N estaba ilusionado y la misma esperanza veía en los rostros de todos los que me rodeaban.
Pero el tiempo va pasando y empiezo a sentir la sensación de que mi ilusión era infundada. Todo empezó cuando vi que la primera medida que Ud. tomaba era la de subir el IRPF. Claro que a todos nos joroba pagar impuestos, pero no era esa la causa de mi disgusto. Mas bien lo achaco a que creo que de esta hemos de salir bajando los impuestos, aunque parezca paradójico. Y además, lo que Ud. anunciaba en la campaña electoral es que los iba a bajar. Pero algunos miembros de su gabinete nos explicaron que esto estaba mucho peor de lo que nos habían dicho los socialistas y que no quedaba mas remedio que aumentar los impuestos directos. Y digo algunos miembros de su gobierno, porque la verdad es que Ud. explica mas bien poco. Bien, ante estas explicaciones, lo entendí.
Pero es que luego vinieron las reformas del mercado laboral y, ciertamente, sentí una nueva desilusión porque, en mi humilde opinión, se quedaban cortas. Pero bueno, mas vale pájaro en mano que ciento volando.
Luego llegaron los presupuestos que con tanta ilusión esperábamos. Y aquí ya empecé a perder la fe en Ud. porque, aunque en eso ando sobrado, no me cuadraba que, básicamente, siga Ud. sin aplicar una buena dieta al estado, para que adelgace al nivel de la situación que padecemos.
Hace unos pocos días, cuando la Presidenta de la Comunidad de Madrid le sugirió medidas para reducir el coste de las Autonomías, Ud., ya abiertamente, dijo que ese tema ni tocarlo.
Pero ya, el colmo de mi asombro llegó la semana pasada, cuando por boca del Ministro de Hacienda nos enteramos del proyecto de Ley que Ud. prepara, para combatir el fraude fiscal.
Mire Don Mariano, yo siempre creí que la demagogia y la falta de libertades eran patrimonio exclusivo de la izquierda; de esa izquierda que nos ha llevado al centro; al centro del abismo. Y empiezo a creer que, cuando Ud. decía en la campaña electoral que tenía la solución a la salida de la crisis, y que si gobernaba pondría en marcha medidas en ese sentido, estaba pensando que éramos los peatones los que teníamos la culpa de la crisis. Porque si no, no me lo explico. Mire, entre esas medidas de lucha contra el fraude, la primera que se le ha ocurrido es que no se pueda pagar en efectivo, y obviamente cobrar, mas de 2.500 €. Francamente, no sé si por las tiendas y bares a los que Ud. va, es usual realizar compras o consumiciones de esos importes. Hasta ahora creí que eso se reservaba a las mariscadas de algunos socialistas o a las comidas del juez Garzón en Nueva York. Yo desde luego, como abogado, estaría encantado que me pagaran minutas de esos importes. Luego, nos dicen que habrá que informar de las cuentas que uno tenga en el extranjero. Pero ¿es que no le han dicho sus asesores que eso ya existe para todos los contribuyentes por obligación real?. Además esas medidas siguen, con otra no menos arbitraria. Nos amenaza Ud. con que antes de que nos envíen la archiconocida Liquidación Paralela, podrán embargarnos nuestros bienes (al que los tenga), para evitar que pueda levantarlos. ¿Donde queda para Ud. la presunción de inocencia?. Y, por si esto fuera poco, si alguno de nosotros tiene una vivienda a nombre de una sociedad suya, y la está utilizando para su uso personal, podrán embargarle las acciones de esa sociedad. Pero ya el colmo es que nos diga que los beneficios que no se declaren podrá incorporarlos la Agencia Tributaria a un acta, sin que el transcurso del tiempo lo evite. Vamos, que se acabaron la prescripción y el principio de seguridad jurídica. Y estas son solo algunas de sus brillantes medidas.
Mire Don Mariano, la sensación que estoy empezando a sentir es la de que hemos salido de la sartén para caer en el fuego. Que es lo que se dice en estos casos.
José Ignacio Sánchez Rubio
Abogado y economista
ignacio@rwall.es