Yo creo que eso es la vida: jirones de felicidad que vamos dejando aquí y allá.
Cuando miramos hacia atrás, nuestra vida, cada vez más, se va refugiando en los recuerdos. Pero solo en los recuerdos felices, en aquellos momentos gloriosos que deseábamos que no terminaran, pero que llegaron a su fin.
Nuestro gran poeta Antonio Machado, recordaba en sus versos que: mi infancia, son recuerdos de un patio de Sevilla…
Y, ciertamente, como pesan aquellos recuerdos… afortunadamente. Y cada uno tiene los suyos.
Hoy, mirando en derredor mío, me pregunto si todo esto que nos está pasando en España es culpa de que hay gente que carece de recuerdos; que no ha dejado jirones de felicidad anteriormente y ahora busca rellenar ese hueco con jirones de rencor, de un rencor que no alcanzo a explicarme.
Yo no viví la guerra civil, pero no querría encontrarme en otra. Sin embargo, el destino es terco; y parece que no tuviéramos otra forma de zanjar las mil diferencias que nos separan, y que siempre nos separarán, que la confrontación violenta.
Después de que todos los que participaron en aquella guerra civil hayan fallecido, o estén cercanos a ello, aparecen en nuestro horizonte otros mil jinetes del apocalipsis que pretenden sacarnos de no sé qué penurias, para hundirnos, realmente, en el pozo de las miserias.
Amigos y compatriotas; aun siendo consciente de que este grito de lamento-rebeldía tiene pocas posibilidades de éxito, como un español mas os invito a que hagáis de vuestra vida un sencillo recordar el pasado. Solo tenéis que aplicar, como si de una piedra de toque se tratara, una reflexión a todo esto que nos está sucediendo. Y la reflexión es simple: ¿En qué te beneficia a tí y a los tuyos lo que te proponen?.
Tal y como yo lo veo, cada día vamos dejando menos jirones de felicidad en nuestra vida.
¿Y es esto bueno?.
Contéstatelo tú mismo… ¿Has dejado jirones de felicidad…?
Si no lo sabes, pregúntame; te contestaré cómo lo hago yo… por si te sirve.
Mi dirección de correo electrónico es: ignacio@nosotrosytu.es