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Una de las cuestiones sociales que mayor número de trifulcas ha originado, es esa falacia constitucional que se predica en el artículo 47 de nuestra Carta Magna. Ese artículo predica el derecho de todos los españoles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada.
Eso “disfrutar” está bien y, desde luego cuadra con lo del DERECHO, sustantivo que es el mas utilizado en la Constitución. Si Ustedes tuvieran la paciencia de contar el número de veces que se utiliza, verían que son 126 las veces que aparece, frente al opuesto de OBLIGACION, que solo lo van a encontrar 11 veces.
Y esa, y no otra es la cuestión. Los constituyentes, como los ilusionistas, nos llenaron la cabeza de humo con esto de los derechos y, como verdaderos saltimbanquis del marketing, evitaron hablarnos de obligaciones.
Hasta el mas tonto, sabe que cada derecho de uno tiene el contrapeso de una obligación de otro por lo que, difícilmente, con la proporción que acabo de señalar, a nadie se le puede ocurrir pensar otra cosa que esto de los derechos es otra engañifa política mas.
Precisamente, de ese embeleco viene valiéndose la tropa de políticos que nos asalta en cada esquina, para hacernos creer que nos van a hacer la vida mas fácil a todos. Es mas, de esa argucia se han valido, entre otras, la última generación de asaltacarteras, que al amparo de la okupación inmobiliaria se han hecho con buena parte de los cargos públicos en las tres últimas elecciones.
Pero, seamos sensatos y pensemos con serenidad. Ningún Estado moderno, creo yo, puede dejar a sus nacionales abandonados cuando les falte comida, vestido o techo. Lo que no creo que proceda es predicar esto como un derecho de los españoles. Con el permiso de Uds., tal y como yo lo veo, es como una OBLIGACION DEL ESTADO porque, si no, ¿para qué queremos el Estado si no es para protegernos?.
Es muy cómodo, diseñar un amplísimo catálogo de derechos para los ciudadanos (los juristas los clasifican en cuatro generaciones), y luego hacer mutis por el foro sin señalar quienes son los obligados a satisfacerlos. Y, obviamente, pasa lo que pasa; enseguida aparece quien, a su conveniencia, señala a los necesitados la dirección que tienen que tomar para cobrarse lo que se les debe: sus derechos. Hoy hablamos de techo, y enseguida aparecen caudillos que arengan a sus hordas para que se apoderen de las viviendas vacías; pero si hablamos de alimentos, solo tenemos que cambiar el destino por supermercados… y pueden Uds. seguir poniendo ejemplos.
Amigos míos (y enemigos también), esa no es ni la cuestión ni la solución. La cuestión es que, efectivamente, nuestro Estado (¿y quien es nuestro Estado?), no puede dejar abandonados en la miseria a otros compatriotas nuestros que, por adversidad, han caído en esa situación. Pero es el Estado el que tiene que cumplir con esa obligación, no ese otro español que, en lugar de gastarse sus ahorros en otros vicios, los dedicó a adquirir una vivienda para alquilarla.
En otro caso, que me expliquen para que elegimos a los políticos y para que pagamos impuestos.
Lo normal es que si una senda toma una dirección, el destino se encuentre en esa misma ruta y, tal como yo lo veo, la dirección que llevamos es la de que nos gobierne un partido con las siglas L.U. Ladrones Unidos, vamos.
A no ser que nos juntemos todos los españoles con sentido común (yo creo que somos mayoría), y les plantemos cara.
www.nosotrosytu.es Partido Político Español.